Encuentra el color de joyas indicado para lucir tu belleza al máximo
Que tus joyas te hagan brillar como siempre
La joya perfecta siempre será aquella que tú decidas usar. Sin embargo, hay algunas que nos favorecen más por el contraste que hace el color de su material -dorado o plata- con nuestro tono de piel. ¿Cómo averiguarlo?
El color de tus venas
Para identificar qué tonalidad eres y saber cuáles joyas de oro o de plata te favorecen más, lo primero que tienes que hacer es identificar cuál es tu tonalidad.
Para hacerlo, debes fijarte muy bien en el color que sobresale al ver tus venas que están en la parte interna de tu muñeca:
Si se ven de un color azulado, significa que tu piel es de tonalidad fría. En cambio, si destaca el color verde, tu piel es de tonalidad cálida.
El segundo paso
Una vez que identificaste el color de tus venas, para confirmar la tonalidad de tu piel, vas a necesitar de un espejo, buena luz y mucha observación. Párate frente a un espejo que esté en un ambiente con luz natural.
Toma una prenda de ropa, una hoja o una cartulina en color rosa palo y otra en color naranja. Coloca cada una cerca de tu rostro y determina cuál es el color que hace resaltar más tu piel. Si es el color rosa palo, tu piel es fría. Si es el color naranja, tu piel es cálida.
Ahora sí, una vez que identificaste cuál es la tonalidad de tu piel… ¿joyas de oro o de plata?
Las indicadas para pieles frías
Las joyas en oro o plata pueden ir muy bien con este tipo de piel, pero solo cuando hablamos del material, ya que para verdaderamente lucir, debe ser oro blanco las que se usen con este tono de piel.
Al usar joyas en color plata podrás resaltar tu brillo natural creando una armonía con el color de las joyas reflejadas en tu piel, al contrario de las joyas en color oro que la palidecen.
Las favoritas de las pieles cálidas
Las tonalidades de piel cálida siempre lucirán mucho más con joyas en color dorado, por lo que el oro es LA respuesta.
El color dorado hace que reluzca ese brillo natural de la piel cálida. Además, ayuda a resaltar las facciones naturales de la cara, destacando una luminosidad superior a la de cualquier tono.